Lujo es poder reunir a padre e hijo panaderos. José Mari y Txema Pascual, de Artepan (Vitoria) y ver el mismo brillo en los ojos al hablar de buen pan. Uno de 1933, el otro de 1965. El amor por el buen pan es inmortal, no conoce edad.
Me he puesto a escribir un libro de pan. Además de recetas y métodos, sus páginas quiero que vayan pobladas de gentes así.
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