(Abro una pequeña sección «Apuntes de carretera» dedicada a esos encuentros inesperados y fugaces, al volante, con panaderías, panaderos y panes de aquí y de allá. Carretera, manta y pan.)
De ruta por Extremadura, me acordé de la Ecotahona del Ambroz. Había probado sus panes en PanForum y me gustó el sabor (y color) de su pan de castaña; además de todo lo bueno que había oído de ellos. Así que me planté en Aldeanueva del Camino, a un paso de Hervás y la Sierra de Béjar.
Pillé a Fernando y Arancha con el delantal y el gorro puesto (Carlos ya había terminado), dando los últimos toques a lo horneado durante esa mañana. Ultimaban los preparativos para la feria de Plasencia (donde acuden regularmente, además de a la de Hervás); bolsas con panes listos para la venta; últimas anotaciones en el ordenador. Es más, gracias a la visita estoy seguro de que llegaron tarde a comer.
La Ecotahona es «la otra» panadería de Aldeanueva, ya que es nueva, trabaja el pan de manera algo diferente, y no venden mucho en el pueblo. Todo lo que hacen es ecológico, usan masa madre natural, tienen una pequeña producción hecha con gran mimo y centrada en grupos de consumo y ferias, y (lo que más me llamó la atención) son unos panaderos apasionados, que se han volcado en su nueva actividad provenientes de campos como la economía o la sociología. Otros miembros de «la cofradía de nuevos panaderos»; gente que, sin haber mamado el oficio, están ayudando a revivir el buen pan.
Me contaron que hace tres años empezaron «a lo bestia», con poco más que sacos de harina e ilusión; con más dudas que otra cosa, pero con grandes ganas de aprender. En nuestra breve charleta pude notar una curiosidad que llamaba la atención, un oído listo para tomar nota de los detalles y la voluntad de experimentar y aprender cada semana.
Visto lo inmovilista que es muchas veces el mundo panadero, me pareció refrescante esa ansia de aprender y probar y probar. Además de sus panes de trigo blanco e integral, espelta, semillas o centeno (lo elaboran con trigo en proporción 80/20%, pero están pensando sacar un centeno 100%), en las baldas había pequeñas pruebas y ensayos,: espirales saladas, un pan hecho con restos de otras masas (con el que posa Fernando en la última foto, para consumo propio; ¡no saben nada!). También elaboran repostería; el día que estuve había unas bandejas con pequeños bollos de leche con pasas, que me recordaron al panquemao. (También pude saborear su harina de castañas, qué rica hasta en crudo.)
Por mi parte, les compré un pan de espelta que tenía un color marrón delicioso, un aroma realmente bueno y que aún mejoró un par de días más tarde. Buen pan.
Al fondo, su bonito horno de leña de solera giratoria que ya estaba aquí cuando llegaron. Me pregunto cómo serían los panes que elaboraba el antiguo panadero. Es bonito que la encina vuelva a arder y que salgan nuevos panes a paladas.
A pesar del momento de crisis, Fernando (que es economista) se mostraba optimista; es un buen momento para la gente que quiera hacer bien las cosas. Hacen unos 100 kg de harina al día, van poco a poco; pero me llevé la impresión de que, más que crecer, lo que les importa es tener vínculos cercanos y fuertes con sus clientes y la gente que les suministra los ingredientes.
Arancha y Fernando posando satisfechos, llenos de harina, e imagino que cansados, después de un día de trabajo.
Más información:
www.ecotahonadelambroz.org
Las Olivas, 122. Aldeanueva del Camino, Cáceres. 927484163
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